¿Ves solo unas piernas atadas?
Creo que puedes ir más allá y escuchar como rompe el silencio la respiración profunda de esa persona que está pasando la cuerda roja entre esas piernas de manera cuidadosa, firme, consciente, ordenada y muy paciente. Está iniciando un juego de límites: de control físico y mental.
También puedes ponerte en el lugar de la persona que está siendo atada, y leer su cuerpo: su deseo, espera y entrega. Confianza plena en la otra persona.
Existen ataduras como éstas que pierden cualquier connotación violenta o negativa dado que logran que ambas personas disfruten desde el principio hasta el final, que pongan a prueba su control durante unos minutos en los que la imaginación de ambos se antepondrá a lo que sucederá cuando la cuerda roja esté anudada por completo.
¿De verdad sigues viendo solo unas piernas atadas o has podido sentir el tacto de la cuerda roja en tu piel?
Quiero dar las gracias de corazón a @declics_glissants (Instagram) por cederme nuevamente una de sus siempre sensuales imágenes para la realización de este cuadro, por su inspiración y aunque no menos importante, su apoyo casi incondicional. Gracias…
PD. La fotografía es bastante mala. El color rojo, el negro puro y los brillos del óleo son una pesadilla para alguien que no tiene ni idea de fotografía como yo…Lo siento!
