“El Comodín Confidente” Óleo sobre lienzo 50x50cm. Septiembre. Nuevo curso y nuevos retos. Rutinas que han de regresar tras un verano que será difícil de olvidar. Nueva casilla de salida.

El cuadro: Hace unos meses me apareció una publicidad en Facebook de un negocio online piramidal que contenía esta imagen y pensé que a pesar de tratarse de una estafa, la foto publicitaria para captar la atención del público era buenísima, porque lo lógico es que más allá de los colores llamativos, pensemos: ¿Qué estará viendo esta mujer histriónica a más no poder para quedarse con la boca abierta? Desde luego que a los nuevos “socios millonarios” que rezaba la publicidad del negocio…seguro que no!

Me guardé la imagen para uno de esos huecos de pintura desestresante (cosas que no me supongan mucho esfuerzo ni desgaste mental) y la pinté hace semanas. Colgué el cuadro en el estudio y la verdad es que no la publiqué porque me pareció uno de mis caprichos decorativos para uso personal, como quien se pone una planta. Pero reconozco que se ha convertido en pieza clave en mis noches de verano, porque está siendo testigo de muchas novedades, proyectos, ilusiones y frustraciones. Como tengo las paredes preparadas para ir moviendo y alternando lienzos, disfruto cambiando a mi «nueva amiga» de sitio y me parto de risa como si se tratase de la primera vez, cuando veo esa cara de sorpresa ante mis nuevas tontunas, como si se tratase de secretos de estado. Es mi «cuadro comodín»: igual decora, que convive e interactúa con cualquiera de mis nuevos trabajos. Pero sobre todo: es la confidente de todos mis secretos. Si este cuadro hablara…

Comodín Confidente
Comodín Confidente

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